Terminaron las navidades, y como todos los años en Sevilla, lo más próximo es la Semana Santa. Es el momento en el que los cofrades salen de debajo de las piedras; el número de cuentas de twitter cofrades crecen por días, y son cada vez más personas las que se acuerdan de esta bendita semana. Estamos en el tiempo en el que todo el mundo quiere tener su papel en su cofradía en la Semana Santa: los nazarenos preparan sus túnicas (muchos esperamos hasta los últimos días), los costaleros comienzan las igualás, y los posturitas preparan sus trajes.
Es una forma un poco extraña de mirar la Semana Santa, pero si nos paramos a pensar, para muchos la Semana Santa es un teatro; es una simple semana en la que tienen que desempeñar un papel, protagonista si puede ser. Apreciamos esto cuando algún conocido nos dice que vayamos a verle a su hermandad en el quinto tramo en la fila de la derecha; o cuando un costalero no sabe ni si quiera como se llama el titular que porta.
Este problema también llega al mundo de la trabajadera, y cuando esto ocurre tenemos que ver como se llenan las igualás de personas pidiendo un hueco. Todos, y digo TODOS, tenemos derecho a ser costalero, pero tenemos que aceptar que no hay huecos para todos. Cuando el boom de los costaleros se termine y nadie quiera sacar pasos, tendremos pasos para rato, y ahí es cuando veremos quienes son y han sido los buenos costaleros de verdad.
A pesar de todo esto, no podemos olvidar nunca quienes son los protagonistas de la Semana Santa. Ni yo, ni tu, los protagonistas son ellos.
A pesar de todo esto, no podemos olvidar nunca quienes son los protagonistas de la Semana Santa. Ni yo, ni tu, los protagonistas son ellos.