domingo, 5 de enero de 2014

Cuando la intolerancia se asoma por Sevilla.

-Sevilla,¡Qué ciudad más bonita!-. Desde fuera, Sevilla es una de las ciudades con más encanto de España. Nuestra ciudad está repleta de secretos y de sitios donde perderse; pero ahora el discurso no es una alabanza al más puro estilo sevillano.

Siempre he pensado que Sevilla es, probablemente, una de las ciudades más intolerantes de España. Digo esto, no para ofender a nadie, sino porque la experiencia y conocer otras ciudades me han hecho darme cuenta. Lo sucedido anoche en Santa Marina es una prueba de que en esta ciudad existe una intolerancia que no solo se queda en el insulto o en el desprecio; es una intolerancia que en contadas ocasiones llega a la violencia, y esto es algo preocupante.

No pensemos que los intolerantes son solo los que queman iglesias, o hacen intentos, supongo que para llamar la atención. También es intolerante el cofrade de turno que durante todo el año desprecia a personas que no visten como ellos, o llaman "perroflautas" al que tiene otra forma de vestir.

Todo el que lea esto no tiene porque sentirse identificado, ya que no todos los cofrades son así, pero todos conoceremos al típico "españolito" que ataca a personas con diferente forma de pensar. De esa forma, creyendo que tienen toda la razón, están haciendo que se cree un odio, que al fin y al cabo nos perjudicará a todos.

Ahora la intolerancia está viniendo desde un lado, intentemos que no venga de nuestro lado, porque perderíamos la razón que tenemos. Estoy seguro de que esos cabrones van a pagar por lo que han hecho.

El mensaje que me gustaría transmitir, para finalizar el artículo, es que no etiquetemos a las personas, que no juzguemos sin conocer, y que tratemos a las personas como nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Si fomentamos el odio hacia todo lo que no piensa como nosotros, acabaremos siendo una ciudad en la que nadie quiere vivir. Esto no quita que sienta repugnancia hacia los hijos de puta que han intentado quemar Santa Marina, pero por suerte no ha pasado nada, y seguramente los que han sido acabarán siendo descubiertos.