Sevilla en primavera tiene color de almanaque en fiesta,
florecen los naranjos , los sentimientos, aflora la pasión, ya huele a incienso
y azahar por sus calles, Sevilla en primavera es la tierra de María, Jerusalén
se traslada Sevilla en Domingo de Ramos, de palmas y olivos, olivos de
Redención ,del huerto dónde Jesús es prendido, dónde reza allá por la plaza de
los carros , nazarenitos de armiño…regueros de savia nueva, semana de llantos
de rezos, de caballos que llegan desde el Cerro, Triana o Santa Catalina, ahora
desde un poco más lejos porque a los que pueden evitarlo les da igual que se
venga abajo esta cuadra de exaltación, todo esto que tarda un año en llegar y
que se va en sólo una semana, pero su esencia es cómo la primavera y nuestra
semana santa se queda en nuestra mente, en nuestros corazones como la primavera
en esa fragancia de una mocita vestida de gitana, de una gitana haciendo
buñuelos, en ese aroma de clavel en la solapa, de ala ancha de sombrero, de
cocheros de caballos, de zapatos llenos de albero, porque como buenos
cristianos los sevillanos no lloran cuando llega el Domingo de resurrección, se
alegran porque ese Domingo es el que empieza el año, el que empieza la semana
santa del año que viene y tal es así que un sevillano de pro, está tan contento
por la resurrección que enseguida lleva el traje a la tintorería para
prepararse para la feria.
¿Qué cómo me puede gustar la feria? Pues mira que es
sencillo, sus calles me trasladan a la campana, a la catedral, a las iglesias
de los barrios, a los llantos y los rezos, la feria me traslada a esa semana
santa que siempre tengo presente.
No se me queda en el olvido, como a ningún cofrade, yo voy a
la feria a celebrar que Jesús sigue vivo, que sigue entre nosotros y que
afortunadamente, queda menos para que vuelva por la rampa del Salvador como
antaño entró en Jerusalén a lomos de una borriquita.
Yo en el real no veo farolillos, velos las llamas de esos
cirios de pasión, de penitencia y de dolor, veo un coche de caballos y me recorre
un escalofrío tal que en vez de cocheros y lacayos veo a Jesús levantado en la
cruz de la exaltación, veo un jinete
vestido de corto y sueño con ese romano del cerro dando esa lanzada, veo
una gitana guapa y me representa a la Esperanza, veo una flamenca de ojos
claros y pienso en Rosario y en consolación, voy a la maestranza a ver una
tarde de toros e imagino lo que deben sentir esos toreros arrodillados pidiendo
piedad y caridad en el arenal…veo tantas cosas que me recuerdan a lo
cofrade…que hasta el habla me traiciona y me rio de ese amigo que tras varias
horas de manzanilla ya ni va borracho sino que desfila cual romano de la
centuria detrás de su Sentencia desde parra a Macarena de costero a costero por
la orilla de Guadalquivir, y como no va a ser así como no me va a gustar
Sevilla y su feria de Abril si hace que te tenga siempre presente y no me aleje
de ti.
Sirva este homenaje a todos los cofrades que sufren en
silencio el amargor de que su Semana Santa sólo dure eso, una semana.
@LaCeraFundida