Petete Cerezal |
Y así es, ocurre que hay personas tan pobres que sólo tienen
dinero, sin embargo otras tienen aquello que vale mucho más de lo que cuesta,
aquello que no tiene precio.
Hace unos meses vi llegar a mi mujer a casa con rostro de
preocupación, algo barruntaba en su interior, algo complejo pues al preguntarle
que qué le ocurría, temblorosamente respondió con un socorrido, pero nada
convincente ,”A mi nada”.
Efectivamente al rato me contó que había algo que le
preocupaba, que en su trabajo (me puse en lo peor, pero no había de que
preocuparse) había estado hablando con una compañera y que…en fín que me vi
obligado a preguntarle ¿me vas a decir que sucede?
Y se decidió a preguntar, sin más paño caliente que la
complicidad de un amor de toda la vida ¿la enfermedad de la que murió tu padre
no tiene vuelta atrás no? y me explicó todo…Andaba preocupada porque el suegro
de una compañera tenía la misma enfermedad que años atrás derrotó a mi padre
tras una larga lucha.
Efectivamente este señor se reunió con Dios y su bendita
Madre y como buenos compañeros y amigos fuimos a mostrar nuestras condolencias
a la familia, y qué sorpresa cuando me enteré de quien se trataba. Curioso que
la misma mañana del suceso, sin que hubiese fallecido aún, el gran Antonio Burgos
dedicó un artículo genial a este señor, rogando uno oración por su
recuperación. Y es que no se trataba de un cualquiera, había fallecido el
sastre del señor.
Petete Cerezal, sastre de profesión, tuvo el orgullo de
confeccionar túnicas, entre otros, al
señor del Gran Poder y de Pasión.
Cuando, ya
encontrándose enfermo, decidió que su hijo le sucediera en un cargo, en una
misión, en una tarea cofrade de esas que no se ven pero que son imprescindibles
para que los que vemos nuestras sagradas imágenes en la calle podamos
disfrutar…vestir al señor de las penas de San Roque, este estaba recibiendo una
herencia de incalculable valor, iba a tener la ocasión de acicalar al Señor, de
disfrutar de ese momento que todo cristiano y cofrade estaría dispuesto a dar
todo lo que tiene, y lo que no, por vivirlo, estar a solas con el Señor, estar
tan cerca que ni siquiera le haría falta rogarle, pues el Señor iba a poder
escuchar directamente a su corazón hablar.
Quédate tranquilo amigo, que tu padre está protegido ahí arriba,
al igual que el protegió al Señor aquí abajo, siéntete afortunado porque tienes
algo que nadie más puede tener, sé feliz y disfruta haciendo lo que tu padre
siempre había soñado, y es que el estará gozando cada Domingo de Ramos viendo
al Señor de las penas pasear vestido como si él lo siguiera vistiendo, porque
eso no se compra, porque una herencia así no tiene precio!!!