viernes, 8 de marzo de 2013

Recuerdos, sentimientos pasados y presentes.

16 días. Me gusta comenzar el artículo de cada día con los días que faltan para que llegue el Domingo de Ramos, aunque realmente son 14 días los que nos quedan para el Viernes de Dolores, es decir, dos semanas.

Un manantial de sentimientos empiezan a brotar del corazón. Dos semanas para alcanzar la gloria. No solamente es que llegue una semana que nos apasiona a todos, la Semana Santa va más allá. Es volver a reencontrarnos con sentimientos que dejamos olvidados en la puerta de aquella iglesia cuando su cofradía se recogió. 
Se nota que la Semana Santa se nos acerca, y que cada vez lo vamos asimilando mejor. El twitter me ayuda a recordar diariamente que falta solamente un día menos, y ese día menos que falta se traduce en un pellizco cada vez más profundo, que me acompaña durante todo el día.

Ese pellizco crece, sin duda, al recordar momentos vividos durante otras Semanas Santas que me han marcado absolutamente para toda una vida.
Me gusta sumergirme en el recuerdo de momentos vividos...

< Jueves Santo de 2012, 11 de la noche>
Ninguna cofradía del Jueves Santo ha podido hacer su estación de penitencia. En el centro de Sevilla no deja de llover y todo apunta a que la madrugá puede padecer lo mismo que padecieron las hermandades del  jueves, quedarse en sus templos. "Mejor pensar que aun puede camiar la cosa", pensamiento que los más optimistas tratamos de tener en mente, aunque a veces la evidencia parece superar la fe. Pero en esta ocasión no fue así. Un rayo de esperanza, traducido en una tregua de lluvia, pareció llegarme al corazón. A las 12 ya estaba en la puerta de San Antonio Abad y a eso de las 12 y cuarto calleron las últimas gotas de toda la madrugá hasta que entró el palio de la Macarena, cuando volvió a llover. La madrugá se salvaba en Sevilla y esto nos hizo recuperar a muchos la fe. Los momentos vividos durante toda la madrugá fueron inolvidables, quizás marcados por la emoción que provocaba que la jornada se salvara.

A veces la fe puede con cualquier cosa, y cuando digo cualquier cosa quiero decir cualquier cosa. Solo puedo darte las gracias, Señor, por haberme hecho vivir momentos como los que he vivido en la pasada madrugá.

Manuel Fernández
@LaCeraFundida