lunes, 11 de marzo de 2013

Para tí que siempre estas a mi lado.



Lo que para mi son las puertas del Cielo.
Hola, ¿Qué tal? Tengo muchas cosas que contarte. Hoy quedan 13 días para que llegue la semana de mis amores, y ¿Sabes qué? Ya estoy deseando verte por las calles. Un poderoso deseo se apodera del espacio de mi alma, y la inquietud y las ganas ocupan todo lo que siento. Sigo en la interminable e imposible tarea de explicar con palabras todo lo que siento, pero no hay vocabulario posible para entender los pensamientos del alma, y mucho menos si se trata de algo que siento por tí.
Desde que te fuiste el año pasado no ha habido una sola noche en la que no te piense. Quizás me haya equivocado al decir que te fuiste, porque realmente no te fuiste, siempre has estado presente dentro de mi, pero entiende que no es lo mismo disfrutarte en la calle, en ese momento donde el azahar se mezcla con el incienso formando un olor que no solo es un olor, es el aroma más grande que pueda caber en los sentidos.
Desde que se acabó esa semana, he deseado con fuerzas que volviera, y parece ser que mi deseo se está cumpliendo, como cada año.

Muchos se preguntan, ¿Qué es la vida? Yo creo que la vida es el tiempo que pasa desde que en Santa Marina suena Amargura hasta que por El Porvenir suenan trompetas de la Encarnación.

Cuantas cosas nos han sucedido en este tiempo, ¿Verdad? Cuantas lágrimas habrán caído por mis mejillas durante "la vida", y la mayoría han sido lágrimas de felicidad.

Ay madre mía, cuantas cosas me has dado. Cuantas cosas tengo que seguramente no me merezco. Cuántas personas buenas están a mi lado, en especial una. Cuánta gente buena has cruzado en mi camino. Que grande es sentirte.
Ahora es el momento de oler a cuaresma, es el momento de sentir la miel en los labios y de creer que todo es posible. Es el momento de soñarte y de creer tenerte cerca. Y cuando pensemos que ese sueño no puede ser más perfecto, te veremos delante de nuestros ojos y el sueño que tanto soñamos, dejará de ser un sueño. Aunque por unos instantes sea, tendremos enfrente un sueño hecho realidad.

Te pido perdón por todas las cosas malas que he hecho, pero no dudes nunca que corregiré lo que hago mal. No me tengas en cuenta mis fallos y haz que tampoco los tengan en cuenta las personas que me rodeaán. Gracias por entenderme siempre y por no dejar que me ocurra nada malo, al fin y al cabo, eres mi Madre. No permitas que nada malo le suceda a la persona que más que quiero y nunca me faltes.

Espero que dentro de trece días todo salga perfecto y que pueda reencontrarme contigo una vez más, Madre.

Madre mía.
Manuel Fernández 
@LaCeraFundida