viernes, 22 de febrero de 2013

Hay quien intenta desviar la atención.

Hoy voy a daros mi opinión sobre las recientes declaraciones que hizo el arzobispo de Sevilla Monseñor Asenjo. Sus palabras fueron las siguientes : «siento el disgusto de este grupo, de la Hermandad de Torreblanca, pero no puedo canonizar su comportamiento»
Como cofrade, yo no puedo canonizar el comportamiento de la Iglesia de Sevilla en los últimos tiempos. Con la llegada de Asenjo al arzobispado de nuestra ciudad, a todos nos quedó claro que se "recortarían" el número de actos extraordinarios. Es una decisión con la que se puede estar de acuerdo o no, pero al fin y al cabo la decisión que el señor Arzobispo tomó.

Resulta que con motivo del año de la Fe, se le ocurre organizar un Vía-Crucis Magno, pero eso sí, la organización del evento correría a cargo del Consejo de Hermandades.
Si comenzamos a analizar la organización del Vía-Crucis, nos damos cuenta que es una cadena de favores a las hermandades y que no se siguen fielmente las catorce estaciones que componen el Vía-Crucis de Juan Pablo II. Con respecto a la organización en sí, fueron evidentes muchos fallos que no repetiré otra vez y que son sabidos por todos.

Centrándonos en las declaraciones del Arzobispo, no me parece justo que se intente desviar la atención hacia la salida de la Hermandad de Torreblanca a la Calle San Luis. A veces nos olvidamos de la devoción que arrastran las hermandades de nuestra ciudad. También es habitual olvidarse de quienes han sido los que más ilusión y empeño han puesto en el acto del Vía-Crucis.

No caigan en el engaño, la Hermandad de Torreblanca no ha hecho nada malo, simplemente puso en la calle el misterio del Señor para que los miles de devotos del barrio pudieran cumplir el sueño de ver a su hermandad por las calles del centro de la ciudad.

Manuel Fernández
@LaCeraFundida