Ya todo comenzó. Ya descendió por fin el
rojo tapiz y el cartel de Nuria Barrera quedó al descubierto. Semana Santa
2013. Las pinceladas de Nuria se han ido convirtiendo tras nuestras primeras
miradas en palabras de pregón. En cada trazo una frase, en cada composición un
párrafo, y al final, tras el todo, un pregón en lienzo. Paso y palio enmarcado.
Notas de cornetas y tambores que lo envuelven. Incienso que poco a poco irá cambiando
el aroma del oleo de la pintura. Nuria, gracias.
Y tras ese cartel… ya llegó. Cuarenta
días. Cuaresma. Sacrificio de antaño con promesas tantas veces incumplidas. Sin
pecado de gula aunque con el ayuno efímero con recompensas, eso sí, de croquetas
de bacalao y espinacas con garbanzos pero Cuaresma al fin y al cabo. Recuerdos
en la memoria de nuestros mayores absteniéndose de fumar, que la copita de
anís, hasta el domingo de ramos ni me la nombres, y que la botella, cariño, guárdala
a buen recaudo que antes de la Borriquita ya le daré buena cuenta tras esas
torrijas de canela para después irme con los niños a la Plaza del Salvador. Bendita
Cuaresma aquella de nuestros padres.
Y ahora sin embargo… también Cuaresma,
pero… ¿Cuaresma de qué? ¿De qué sacrificio? ¿De preparación ante qué? ¿De
disposición para qué? Vamos a dejarlo estar -dice aquel- que eres un rancio
sevillano carcamal. Y se coge el costal, se va de ensayo para volver a casa,
renqueante madrugada, tras unas cervecitas y unas puntas de solomillo sea
viernes o no. ¡Ah! ¿Qué ha sido con pescaíto frito? Perdóneme usted pues. Sea
como fuere, Cuaresma de salón, ya digo.
Y no me reproches nada. Que sí, que ya sé
que mi padre se bebía la copita de anís a escondidas y el cigarrito, pecado
venial, se lo fumaba en la azotea de Almirante Hoyos mientras mi madre dormía
tranquila y él miraba hacia San Esteban y a la Virgen de los Desamparados le
pedía mil veces perdón. Pero era su Cuaresma. Y hoy, la nuestra… ¿Cuál es?
¿Prometes algo? ¿Alguna cosa que te incomode pero que durante cuarenta días
soportarás? ¿Te vas a perder la alegría de llegar a ese Domingo de Ramos con el
deber cumplido y estrenar algo porque te lo mereciste? Seguramente no. Consuélate,
yo tampoco.
@BoroTriana 2013, en un domingo 10 de febrero, a las dos y veintiséis de la madrugada a poquito ya del miércoles de ceniza. Cuaresma.