Fotografía de RAFAES |
Todos sabemos que la Semana Santa de Sevilla es única por su cultura, su patrimonio, su historia... Esto, atrae a muchas personas a nuestra ciudad, enamorados de ese patrimonio que en Semana Santa reluce.
Es muy bonito poder contar con ese patrimonio; pero ese patrimonio no sería nada sin los hermanos que están detrás. Muchas personas valoran muy poco la figura del miembro de junta, y no piensan lo que el cargo implica. Independientemente de que haya cargos con diferentes responsabilidades, un miembro de junta es una persona que acepta trabajar de modo no lucrativo para asegurar el crecimiento y mantener a la hermandad.
Una hermandad no deja de ser una especie de sociedad, y como tal, tiene su propio derecho y su propio funcionamiento. Lo que diferencia a una hermandad de, por ejemplo, un Estado, es que en las hermandades el trabajo no reporta un beneficio particular.
Todos trabajan por un bien común.
No todas las juntas de gobierno tienen el mismo nivel de implicación ni la misma forma de proceder; pero hablando en general, es digno de admirar que haya personas que trabajen por su hermandad sin esperar recibir nada a cambio. Otro día hablaré de otro tipo de personas, que utilizan las hermandades para engrandecerse...